sábado, 18 de octubre de 2008

maldita T.V.

Ultimamente tengo bastante relación con niños y, lamentablemente, también con sus televisores (¡encendidos!). El de las tandas publicitarias es todo un tema (cuando una tiene enfrente a Barney, trata de llevar su atención hacia otros lados...), son una invitación al consumismo exacerbado y tienen unos slogans tremebundos... en este momento en particular, no recuerdo muchos (aunque comencé a anotarlos), pero por ejemplo:


- "Barbie, lo que quiero ser hoy" (¿No es terrible?)



- "Monopoly, ¿Quién dijo que es solo un juego?" (Iniciación al imperialismo, clase 1)


Esos son un par, que recuerdo ahora, pero me resulta terrible cómo desde tan chiquitos están recibiendo todo ese bombardeo de consumismo que van absorbiendo como natural, y que en parte los padres alimentan, a veces.


Por suerte, la nena es pequeña y todavía se divierte más con una pelota de plastilina que con ese cacharro cuadrado (generador de lindos cubitos humanos)... esperemos que le dure.

3:30 pm

Me dejó allí, desnudo y se fue. No me dijo qué hacer. Maldita cigüeña.


B. Alexander Portero

viernes, 17 de octubre de 2008

El burro y la flauta

Tirada en el campo estaba desde hacía tiempo una flauta que ya nadie tocaba, hasta que un día un burro que paseaba por ahí resopló fuerte sobre ella haciéndola producir el sonido más dulce de su vida, es decir, de la vida del burro y de la flauta. Incapaces de comprender lo que había pasado, pues la racionalidad no era su fuerte y ambos creían en la racionalidad, se separaron presurosos, avergonzados de lo mejor que el uno y el otro habían hecho durante su triste existencia.

Augusto Monterroso

martes, 7 de octubre de 2008

¡Y yo qué les hice!

Resulta que tengo una tendencia natural al sueño, al deseo de descanso, a la pachorra... en fin. Si quiero disimular puedo llamarle "hipotiroidismo", pero todos sabemos que es un verso. Me gusta dormir, y listo. Podría hacerlo en cualquier momento (salvo, generalmente, en los viajes de ida).
Diversos despertadores han muerto en cumplimiento del deber; más de uno a manos de Lápiz, mi gata, que adora tirar pequeños objetos de los muebles cercanos a la cama, para que produzcan sonidos estruendosos y yo me levante a darle comida cuando a ella se le canta.

Finalmente, llegó a mis manos un radio-reloj que era de alguien más en casa y que creíamos muerto pero no. En general, los despertadores me resultan irritantes; una manera terrible de empezar el día, y este aparato no es diferente, es más: es el peor que he oído. Uno se despierta pensando que llegó a su cama un buque cargado de bomberos que van en ambulancia a apagar el incendio de un embotellamiento. Tremendo. Yo no me repongo de eso hasta las siete de la tarde, más o menos.
Entonces, opción B, pongo la radio para despertarme con algo más suave, agradable y que hace trabajar mi mente y pasar gradualmente del inconciente al conciente (o hasta donde llego).

Hete aquí que parece que los señores de las diversas frecuencias radiales me han echado el ojo (¿el oído?), y entonces, amablemente preparan para mí, cada mañana, alguna cancioncilla para que yo despierte de mi sueño renovador.

Lunes: Ricardo Arjona - "Señora de las cuatro décadas"

(¿te parece?)

Martes: Sin Bandera - Ehhh, una de un tipo que llora porque lo dejaron
(ah, cierto, puede ser cualquiera)

Miércoles: Diego Torres - "Tratar de estar mejor"
(me estás cargando)

Quienes me conocen un poco sabrán que parece una tortura premeditada y con mucha saña.
Entonces tengo que despertar sobresaltada y arrojarme sobre el susodicho aparatito para que la condenada canción no se me pegue por el resto del día al punto de hacerme desear que la nena mire a Barney, ese preso vestido de violeta que es un dinosaurio y vive en nuestra mente!

¡¿Me pueden decir qué les hice yo a esos señores, para que se comporten así y me traten de esa manera?!

Creo que la idea del barco con los bomberos y el embotellamiento no estaba tan mal...

miércoles, 1 de octubre de 2008

Barney es un okupa!

"Barney es un dinosaurio que vive en nuestra mente,
cuando se hace grande es realmente sorprendente"

¿Y quién le dio permiso a este señor de habitar en mi mente?
Resulta que voy inocentemente a trabajar, y me encuentro con una niña que al ver a Barney comienza a balancearse de un lado a otro como Maggie con los duendecitos verdes, y de fondo esa estúpidamente pegadiza canción!


Así que, ya que -lo sé a ciencia cierta- hay por ahí otras víctimas circunstanciales de los daños producidos por Barney, generados seguramente por la exposición a la radiación de algún otro niño infectado, les propongo tomarle el pelo un rato.

Escribanme (además de cualquier comentario que tengan al respecto, claro) otros modos de cantar la canción, para que, ya que la músiquita es tan pegadiza, al menos la letra sea variable a nuestro gusto y humor del día. Por ejemplo:

(Puede ser parcial, como ésta)

"Barney es un dinosaurio que vive en nuestra mente,
cambia de colores cuando aspira detergente"

-pueden cantarlo para confirmar que quede bien en la música, claro-

(o puede ser total, como ésta -aunque conserva algo de la rima-)

"Cuando vuelven de la escuela, en micro, adolescentes,
mejor no te subas, el olor es persistente"


Hecha la invitación, espero leer las genialidades de las que son capaces, a ver si se esmeran!