viernes, 8 de junio de 2007

¡Yo quiero comprar un árbol de navidad en agosto!

Bueno, en realidad, no quiero uno ni en diciembre. Lo que yo quiero es poder hacerlo. Poder comprar un guardapolvo en enero y ojotas en julio. Una remera amarillo brillante en el invierno en que se usa gris y violeta. En fin. ¿Por qué esa imposición del mercado de poner a la mano lo que se le antoja y no otra cosa? Porque si Juan Carlos Mercado quiere que se use una cosa y no otra, está bien, qué sé yo, no me importa; pero lo que yo quiero es que la vez que puedo comprarme algo que me gusta, que eso sea como yo lo quiero, y no lo que queda por descarte. Uno termina eligiendo entre lo que hay, lo más parecido a lo que busca, y veces ni siquiera eso.

miércoles, 6 de junio de 2007

¡La gente está vestida de violeta!

Yo no sé como se lleva a cabo, pero un día se le ocurre a Juan Carlos Indumentaria que sólo va a fabricar ropa violeta, y entonces la gente de repente está vestida de ese color. ¿Cómo hacen? ¿Es que están esperando en la puerta de los negocios para saber qué comprar y ponerselo inmediatamente? Encima, queda horrible usar el rojo que se usaba con el violeta que se usa (aunque existe quien los junta... allá ellos); el marrón y los colores pastel del invierno pasado no combinan con los tonos ochentosamente brillantes que se vienen. Y no quieras comprar otra cosa porque no existe. Obvio que ese es un factor importante (que no se consigue otra cosa) pero igual, ¿es que todas las personas que andan en la calle salen a comprar ropa para cada temporada? ¿Y qué hacen con la que compraron el invierno pasado? porque ¿cuántas veces se la pusieron...? En fin; quizás sólo sea que yo soy una crota que no renueva su guardarropa, lo cual es una variante altamente probable